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sábado, marzo 26, 2016

Reseña: Creep (2014)

Creep (2014) es ante todo la enésima entrega del por lo visto ya omnipresente formato de cine de metraje hallado, pero no sólo eso: es también un trabajo completamente minimalista y al menos interesante en cuanto a que realiza un intento de crear una historia de terror con apenas dos personajes y una serie de diálogos en gran parte improvisados, por mucho que la situación de la que parte la trama sea muy típia. Con todo y eso no me ha parecido una película demasiado destacable, o al menos no más allá de lo minimalista que resulta y del trabajo de sus dos únicos intérpretes. Los motivos por los que no me ha parecido gran cosa se deben en gran medida a la elección de las formas típicas del terror documental, y también al desaprovechamiento de su premisa y del por lo general muy buen ambiente que consigue crear en su primera mitad.

Pero primero que nada hay que hablar un poco de lo que se trata la película: Creep es también un claro ejemplo de ese modelo de historias en las que el protagonista es seducido por algo "demasiado bueno para ser verdad". En este caso, nuestro personaje principal es un joven cineasta que acepta un encargo visto en un anuncio puesto por un misterioso hombre que lo cita en una cabaña apartada de la civilización y que le pagará una buena suma simplemente por grabar su vida cotidiana durante un día en una especie de video-diario de confesiones. No cuento más porque la sorpresa acerca de lo que empieza a suceder es parte del disfrute que la cinta ofrece, pero basta decir que, muy previsiblamente, aquella oferta resulta tener un reverso siniestro y la interacción entre los dos personajes comienza a cobrar tintes cada vez más inquietantes a medida que el día transcurre y la psique de este desconocido es expuesta.

Lo primero que debo decir es que ya de entrada el hecho de que esta fuese un película de metraje hallado ya me echó para atrás, sobre todo teniendo en cuenta que el formato no está del todo justificado más allá de un punto de vista meramente presupuestario. Me explico: hay un momento en el que uno de los personajes hace una referencia explícita a Mi vida (1993), cinta en la que se intercalaba el video-diario de un hombre enfermo de cáncer terminal con escenas en perspectiva omnisciente de toda la vida, en la evidente suposición de que no todo el día a día de una persona tiene por qué ser grabado. Es curioso que Creep no haya decidido optar por el mismo estilo dual ya que le habría sentado muy bien, sobre todo en la segunda mitad de la película, cuando el protagonista continúa guardando un meticuloso registro de todo lo que le ocurre a pesar de que no tiene ningún motivo para hacerlo, o al menos ninguno que haya sido explicado antes.

Esta segunda mitad es para mí lo que al final hizo de esta cinta algo poco destacable, y que desinfló por completo la sorprendente tensión generada durante los primeros cuarenta minutos. De hecho, me atrevería a decir que esta es una obra que funciona mejor en su sencillez inicial, ya que con muy pocos recursos, con escenarios naturales, dos únicos actores y diálogos, consigue sus mejores momentos. Pero esto es también lo único que puedo destacar de ella. Del resto, poca cosa a decir verdad.

domingo, marzo 13, 2016

Reseña: Amityville 4: The Evil Escapes (1989)

Años atrás, cuando prometí revisar en este blog toda la saga de Amityville, lo hice motivado no únicamente por un mero afán completista sino también por el hecho de que yo, personalmente, no conocía dicha saga en su totalidad, ya que había visto únicamente las dos primeras entregas de la trilogía original. Digo "trilogía original" porque si bien esta saga ya tiene la nada despreciable cantidad de trece películas en su haber (con la última, Amityville: The Awakening (2017), a estrenarse pronto), hasta la llegada del remake del 2005 sólo las primeras tres llegaron a estrenarse en cines, mientras que el resto fueron producidas para la tele o el mercado de estrenos directos a formato doméstico. Este es el caso de Amityville 4: The Evil Escapes (1989), que se estrenó para la televisión y que hoy en día es famosa por ser una de las peores entregas. Los calificativos se quedan cortos, a decir verdad, y sólo podría recomendarla para esos completistas/masoquistas curiosos por ver los puntos más bajos de una saga inexplicablemente longeva.

Una cosa debo aclarar, sin embargo: la idea de la que parte esta cuarta entrega es hasta cierto punto muy interesante y da pie a elucubraciones acerca de la trama que podrían haber sido muy exitosas en otras manos. El subtítulo de la entrega no es casual ya que en esta ocasión el argumento se desarrolla por primera vez fuera de la misteriosa casa del 112 de Ocean Avenue, la cual finalmente ha sido desvalijada y sus muebles puestos a la venta en la calle. Es aquí donde comienza la historia, cuando una lámpara de pie de la casa es comprada y llevada a California sin saber que dentro de ella se esconde parte de la maldición, con las muy previsibles consecuencias. De entrada la idea de la maldición de la casa extendiéndose por todo el país a través de los objetos que en ella estaban me parece muy buena, y ciertamento más aprovechable de lo que al final hicieron, sobre todo porque al intentar darle un diseño "tenebroso" a la lámpara lo único que consiguieron fue arrojar por la borda cualquier atisbo de seriedad que uno podría haberle dado a la película.

Precisamente el diseño de la lámpara es lo que arruina por completo una historia que ya de por sí no tenía mucho que ofrecer. Aparte de las evidentes limitaciones que tiene por fuerza un trabajo hecho para la televisión en abierto, Amityville 4 no tiene ningún reparo a la hora de calcar elementos que funcionaron en otros éxitos de los ochenta, principalmente Poltergeist (1982), de la que toma la idea de una niña pequeña que tiene una particular conexión con la entidad sobrenatural y que por supuesto se convierte en el blanco principal de la amenaza que se esconde dentro del artefacto.

Hoy en día, imagino que una película como esta puede funcionar únicamente como disfrute irónico, y como prueba de que siempre se puede caer del estrellato ya que la protagonista de esta cinta es nada menos que Patty Duke, quien tuvo una carrera brillante en su juventud en la que ganó hasta un Oscar y que sin embargo hace de la cara más reconocible en este despropósito que, curiosamente, no mató la saga sino que fue sólo el punto de partida de una debacle que todavía se extiende hasta nuestros días. Atención al hilarante final cuando la lámpara diabólica es derrotada de la forma más disparatada y ruidosa posible. 

jueves, marzo 03, 2016

Reseña: Contracted (2013)

Tras más de una década siendo explotado de manera reiterada tanto por el mainstream como por trabajos más independientes, la gracia del subgénero zombi pasa por encontrar nuevos filones y formas de contar lo que básicamente viene siendo la misma historia de siempre. Algo así pasa con Contracted (2013), uno de los ejemplos más recientes de esta tendencia. La mejor forma de definirla sería hablar de una película de zombis "lenta", una que a diferencia de la mayoría de sus congéneres busca hablar del inicio mismo de la plaga, la progresiva evolución del paciente cero, que se nos presenta ante la cámara como una historia de degradación corporal y metamorfosis que se va haciendo cada vez más grotesca a medida que nos acercamos hacia su muy predecible desenlace.

El desarrollo de la película es, de hecho, tan lento que casi siento que incluirla en el subgénero zombi calificaría como spoiler, pero no lo es porque si bien nunca se menciona aquella palabra con "z", todo lo que ocurre en pantalla será fácilmente reconocible incluso para aquellos no muy metidos en este subgénero. Lo interesante en este caso, y aquello que evidentemente se ha querido destacar, es cómo la protagonista llega allí, iniciando la trama con una jovencita que tras ser abusada sexualmente en una fiesta comienza a ver cómo su cuerpo se descompone frente a sus ojos y cómo incluso su mente y comportamiento comienzan a sufrir grandes cambios a lo largo de los varios días que dura la infección.

El párrafo de arriba debería dejar aún más claro si cabe el evidente discurso de Contracted acerca de las enfermedades de transmisión sexual, algo que nos reitera una y otra vez aunque por desgracia con muy poca efectividad. A pesar de que la idea resulta interesante (y agradezco que no hayan optado por el formato de metraje hallado) el lento desarrollo de algo que en el fondo ya conocemos hizo que la película me pareciera muy aburrida y además llena de momentos de una falta de lógica insólita: resulta increíble, por ejemplo, cómo la protagonista nunca parece tener el más mínimo interés en averiguar nada sobre el hombre que abusó de ella en la fiesta a pesar de que sabe evidentemente que es él la causa de su extraña mutación. En vez de eso tanto ella como la película parecen insistir en explotar un drama juvenil con triángulo amoroso incluido que francamente se siente fuera de lugar y como poca cosa comparada con el horror de aquella transformación. 

Teniendo esto en cuenta, la única baza que la cinta logra meter a su favor es el factor grotesco de la decadencia física de su personaje principal, un deterioro al que en mi opinión el resto de personajes no da la importancia debida. Este aspecto estético es quizás lo único que puedo destacar porque como digo la película es muy aburrida y ya desde el principio sabemos exactamente cómo va a terminar. El tema de las enfermedades venéreas es constantemente referenciado pero no se saca de él nada realmente destacable, así que no se me ocurre ningún motivo para recomendarla. Si tenéis ganas de ver un trabajo zombi algo distinto y que también sirva de excusa para hablar de otros temas, es mucho mejor idea darle una oportunidad a la ya comentada y recomendada Deadgirl (2008), muestra de que el cine zombi todavía tiene mucho por dar y ángulos novedosos que aún pueden explorarse.