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jueves, julio 07, 2011

Reseña: Caperucita roja (2011)

No exageran aquellos que dicen que Caperucita roja (2011) es el primer clon “oficial” de Crepúsculo (2008), algo que va mucho más allá del hecho fortuito de que la directora sea Catherine Hardwicke, la misma que nos trajo en su momento la famosa saga de películas de romance vampírico adolescente. Pues bien, esta adaptación bastante libre (por decir algo) del cuento recopilado por los hermanos Grimm viene efectivamente a llenar un vacío que aquella historia de amor y chupasangres ha dejado, puesto que las semejanzas estilísticas son demasiadas para creer en la casualidad. Aunque debo decir que a pesar de la casi unanimidad de críticas negativas que ha recibido, esta película de la que hablamos hoy hace al menos un intento un tanto mayor por ser realmente una historia de terror, lo bastante para que le dediquemos unas líneas.

Decíamos arriba lo de adaptación libre en el sentido más literal de la palabra; lo cierto es que esta Caperucita roja tiene poco que ver argumentalmente hablando con el relato original, aunque sí se nota que tanto la directora Hardwicke como el guionista David Johnson (responsable del guión de La huérfana (2009), lo que en esta casa da caché) sí muestran un interés claro en explorar el lado perverso de la historia dejando entrever el subtexto erótico-agresivo del relato original y al mismo tiempo evidenciando un sinfín de referencias a otros cuentos de hadas en los que los lobos son los protagonistas, algo que se nota desde el nada casual nombre del prota masculino (Peter) hasta un personaje haciendo una parodia de “Los tres cerditos”.

Pero esta es ante todo una historia de terror, por lo que la película muy pronto se encarga de mostrarnos aquello que ya anunciaba el trailer: que el supuesto lobo que asola la aldea de la joven Valerie (una bellísima Amanda Seyfried) es en realidad un licántropo que ha pasado a tener una muy malsana fijación con ella, lo que provoca la intervención de un grupo de cazadores de brujas liderados por un inquisidor que no piensa dejar escapar al monstruo con vida. El problema en todo caso es que la historia del guión original ha terminado por ser alterada para satisfacer las intenciones del público hacia el cual va dirigido; Caperucita roja intenta ser no sólo un cuento de hadas y una historia de terror sino también un misterio de baratillo y, sobre todo, un romance adolescente destinado a hacer suspirar a la fanaticada femenina de Crepúsculo. Tal mezcla de géneros no está lo que se dice muy bien llevada, sobre todo las escenas románticas, las cuales se notan incluso más artificiales que los cursis decorados que componen la película, increíblemente falsos más allá de su estética preciosista y bucólica. Todo el aspecto romántico de la cinta está tan mal hecho que por momentos parece una parodia. El lado del “misterio” (básicamente, quién es el hombre lobo) tampoco está mucho mejor porque la película no hace sino tirar pistas falsas en un intento de parecer más lista de lo que es y fingir al menos por un momento que esta no es una orgía camp de lo más sonrojante en ocasiones, tomándose en serio un tono que en muchas ocasiones mueve a la risa. Únicamente Gary Oldman en el papel del inquisidor parece saber en qué clase de película está, y lo demuestra con una gloriosa sobreactuación que sorprende por lo caricaturesca, con su terrible villano de fina barba, uñas postizas de plata y guardaespaldas multiculturales.

Todo esto al final termina siendo una lástima porque Caperucita roja es al menos en su concepción una película mucho más interesante de lo que pintaba en su momento Crepúsculo, y si falla es precisamente por su insistencia en emular a esta a través de un triángulo amoroso plagado de clichés entre los que destaca el ofensivo estereotipo de la niña guapa enamorada perdidamente del “chico malo” mientras que da esquinazo al guaperas decente. De haber desechado este ángulo y concentrarse en el lado perverso del argumento (algo insinuado muchas veces durante el metraje) habríamos tenido lo que en un principio parecía prometer y que sólo logra a medias: un cuento de hadas oscuro que devolviese al menos en parte el auténtico legado de horror que los hermanos Grimm quisieron dejarnos. Si queréis algo de eso, yo recomendaría que os acercarais mejor a Blancanieves: la verdadera historia (1997), una película con Sigourney Weaver que a pesar de haber sido hecha para la televisión está mucho mejor que esta, tanto que os prometo será la próxima reseña.

8 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con tu entrada.... No la he visto pero la gente que la ha visto me comenta que es una pelicula que intenta emular a crepusculo y de paso lucrarse con la fama de crepusculo.

    Un saludo.
    Tengo un blog de cine de terror por si te interesa ;)

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  2. Anónimo2:09 a. m.

    eso es mentira a mi me gusta mucho crepusulo pero no estoi de auerdo kon el omentario anterior por k no intenta emular a repuskulo na k ver eso vean la bn la peliula por k ami me enanto muhoe sta peli demaciado la encuentro super uena sobre todo al actor shiloh fernandez k es muy guapo es lindo :::::.........

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  3. Anónimo4:06 p. m.

    A ver, el de arriba: ¿por qué no aprendes a escribir mejor? ¿ O es que te faltan letras en el teclado?
    ¡Sí a "Blancanieves: la verdadera historia"!

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  4. Anónimo5:21 p. m.

    Si, Blancanieves: la verdadera historia es mucho mejor que cualquiera de las anteriores, entiendase Crepusculo, la cual cada vez se me hace mas ridicula, no solo la historia, la actuacion de los personajes, es como verlos hacer nada, sin ganas, me refiero a los prota, y respecto a Caperucita Roja, totalmente de acuerdo en que hubiera sido genial si hubieran dejado de lado el tono romántico, y le hubieran seguido con lo oscuro, hubiera estado genial.. Honestamente, pensé que el lobo se iba a comer a Caperucita...

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  5. marc jardí11:54 p. m.

    no la veré.

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  6. OTRA VEZ VOLVIMOS A ESCOGER LA MISMA PELICULA AL MISMO TIEMPO PARA RESEÑARLA!

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  7. Hombre, tampoco se emocione tanto. Después de todo, está en cartelera ;)

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  8. Flojita se mire como se mire. No se salva ni Gary Oldman :-( Tiene momentos interesantes y la ambientación general es bonita, aunque ciertamente artificial en muchas ocasiones. No sé... me dejó bastante frío.

    R.

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