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sábado, octubre 30, 2010

Reseña: The Human Centipede (First Sequence) (2009)

Si se supone que uno de los objetivos del género de terror es perturbar, entonces The Human Centipede (First Sequence) (2009) cumple este objetivo a la perfección, aunque sea de forma un poco inesperada. De hecho hay una gran diferencia entre la brutalidad de la obra acabada y la expectación que generó esta reciente producción holandesa gracias a un minuto de metraje que rodó por la red y que anticipaba una premisa difícil de soportar: la historia de un perverso cirujano empeñado en unir quirúrgicamente a tres incautas víctimas para formar un solo ser. La conexión boca-ano de los desdichados personajes dio pie evidentemente a muchos chistes, pero también dejaba en evidencia una vertiente cada vez más numerosa del cine de terror de los últimos años, y que consiste en aquellos trabajos que intentan llegar más allá de los límites de lo mediáticamente aceptable, revelando incluso una nueva forma de entender la comercialidad de estas cintas: al igual que la francesa Martyrs (2008) o la más reciente A Serbian Film (2010), The Human Centipede probablemente nunca vea un estreno comercial en salas de cine, pero eso no le ha impedido ganarse una gran popularidad tanto en festivales como por Internet.

Dicho esto, hay que decir que la película no es visualmente tan escabrosa como se podría llegar a creer; a decir verdad, los mayores horrores transcurren en la mente del espectador, que ya va preparada no sólo gracias a la premisa inicial, sino a una perturbadora secuencia en la que el doctor (gloriosamente interpretado a la perfección por el conocido actor alemán Dieter Laser) explica fríamente a sus víctimas (diagramas mediante) los detalles de la intervención. El resto de la cinta es no sólo poco gráfico, sino que además está tratado incluso con cierto sentido del humor, un humor muy negro y retorcido en ocasiones pero también bastante evidente en la caracterización del cirujano como un mad doctor salido de un cómic con todo y la inevitable referencia a los experimentos nazis (esa fuente inagotable de horrores pulp) y su interacción con la "criatura", cuya pieza frontal es un joven japonés que sirve la función de crear una barrera lingüística entre el doctor y su creación. Las otras víctimas, dos guapas chicas americanas, emparentan la película de Tom Six con esa vertiente ya conocida del cine de terror actual de hablar de los peligros que encuentran aquellos que se aventuran fuera de los seguros límites de casa (esa dead tourist movie de la que tanto hemos hablado).

Pero esto es sólo al principio: lo interesante de The Human Centipede es que es abiertamente sincera en su afán de perturbar y lo hace de forma sorprendentemente sutil teniendo en cuenta lo escandaloso de su premisa. No deja de sorprendernos, en todo caso, encontrarnos ante una película tremendamente sencilla que toca la tecla de la fascinación del público por lo grotesco y la exposición lúdica del sufrimiento ajeno. En este sentido el público no se diferencia mucho del desquiciado cirujano, pero lo cierto es que Tom Six ha conseguido subordinar este comentario sobre el horror a lo que ante todo es un muy buen thriller; como espectadores realmente nos interesa llegar hasta el final para ver cómo se resuelve el conflicto de estos desdichados personajes atrapados en el sádico juego de un psicópata. La general sencillez argumental que presenta hace que el tramo final tenga una estructura ya muy vista en este tipo de trabajos, con piruetas argumentales ya muy conocidas en este género, pero estas faltas de originalidad no molestan y son perfectamente coherentes con el resto de la cinta.

Para mí personalmente el principal atractivo de The Human Centipede está en la manera como evidencia el insaciable vouyerismo por parte del seguidor del género; en mi caso durante mucho tiempo pensaba que esta sería una de esas películas que desearía no haber visto, pero Tom Six ha conseguido tratar su desagradable premisa de una forma que sinceramente no me esperaba y encima logrando ser igual de perturbador sin necesidad de caer en una sobrexposición que por otro lado hubiese sido supérflua. Probablemente, y no sólo por la obviedad cronológica, esta sea la última película de terror de su década y el auténtico inicio de la ya mencionada competición por impacto. Más por su premisa que por su ejecución, estamos ante una gran película que para mí merece ser vista pero me temo no será del agrado de muchos. De todas formas habría que preguntarse en todo caso a qué se debe realmente la decepción de algunos y si esta se verá de alguna manera compensada con la secuela ya anunciada por su director a pesar de que esta obra es bastante redonda y definitiva en cuanto a su final. Sólo puedo repetir que desde aquí la recomendamos ampliamente como una de las mejores de la década pasada.

lunes, octubre 25, 2010

Reseña: Aliens vs Predator: Requiem (2007)

Decíamos en una anterior ocasión que una película que uniera a los monstruos protagonistas de las sagas Alien y Predator era imposible de realizar de manera eficiente. Y sin embargo, Aliens vs Predator: Requiem (2007) es en mi opinión lo más cercano que hemos estado a ello. De entrada corrige varias de las principales carencias de Alien vs Predator (2004), creando una secuela directa que hasta cierto punto arranca de donde tenía que haber empezado su predecesora. Tanto es así que realmente no hace falta haber visto la película de Paul W.S. Anderson para entender esta secuela ya que toda la información que necesitamos saber se nos presenta sin palabra alguna por medio de una secuencia inicial que da pie a un argumento tremendamente sencillo: un Alien logra infiltrarse en una nave de los Predator ocupando el cuerpo de uno de los cazadores, dando lugar a un nuevo monstruo híbrido que combina las características de ambas criaturas. La nave se estrella en la Tierra, en un pequeño pueblo de los Estados Unidos, con lo que los humanos residentes deberán enfrentarse a este monstruo invasor al tiempo que un Predator es enviado en una misión secreta para destruir a la criatura y borrar toda pista de su existencia. Esto es básicamente el argumento, conciso, sencillo y sobre todo mucho más interesante que la enrevesada historia de la película de Anderson.

No es esta la única diferencia entre las dos. A la mayor sencillez argumental hay que sumar el hecho de que esta vez, y al parecer haciendo caso a las numerosas críticas que recibió la calificación PG-13 de Alien vs Predator, esta segunda parte intenta presentarse más como una película de terror al ser mucho más violenta y contar incluso con víctimas cuyas vejaciones han sido tradicionalmente consideradas un tabú cinematográfico, tales como niños o mujeres embarazadas. Los nuevos directores, los hermanos Colin y Greg Strause, parecen también interesados en dar a su película una oscuridad más literal: la fotografía es tremendamente oscura (en ocasiones demasiado) lo que incluso la emparenta con las primeras entregas de la saga Alien. Donde sí parecen haber acertado los hermanos es en la concepción de Aliens vs Predator: Requiem como una monster-movie en la que la criatura principal es realmente tratada como la amenaza que representa; una cosa que siempre definió las cintas de ambas sagas era que los auténticos protagonistas eran los humanos y los monstruos un peligro que acechaba pero que no dominaba por entero el metraje, detalle que se pierde con la concepción del enfrentamiento entre estas dos especies alienígenas como el centro de un espectáculo que cae en la irremediable sobreexposición. En este sentido, la inclusión de un ser híbrido es no sólo acertada, sino que está bien hecha gracias a la decisión de mantenerlo en segundo plano como "monstruo final".

Por desgracia este es sólo un acierto a medias, ya que los protagonistas humanos, en los que la película en teoría debería depositar su mayor fuerza argumental, fallan estrepitosamente. Demasiados personajes, demasiadas historias sin mayor relación entre sí que el contexto, y un desarrollo escueto, vacío y en general poco interesante lastran considerablemente la película de los hermanos Strause. A pesar de que los Alien son mostrados como auténticos monstruos temibles y la caracterización del Predator como una especie de pistolero espacial se deriva de esa extraña concepción de antihéroe que se le ha querido dar en estas dos películas, el fallo de los personajes humanos hace que que la historia no se sostenga y quede por debajo de las entregas anteriores de ambas criaturas.

A pesar de eso nunca entenderé del todo el rechazo casi general que existe hacia esta secuela por parte de un público al que le están dando lo que en el fondo pedía: el enfrentamiento sin cuartel entre estos dos monstruos aupado por un nivel de violencia mucho mayor que el de la primera parte. Pienso en todo caso que esta es la película que se debió haber hecho originalmente, un episodio que marcase una ruptura total con ambas sagas y no dependiera principalmente del guiño cómplice con el espectador (a pesar de que hay una muy clara mención de la corporación Yutani). El agridulce final augura incluso una tercera parte que dudo mucho se lleve a cabo debido a la pobre recepción crítica que ha tenido, pero a mí en particular me ha parecido mucho más digna de lo que esperaba, y especialmente recomendable si se es de los que piensan que Alien vs Predator tenía aspectos mejorables.

domingo, octubre 17, 2010

Reseña: El otro (1972)

Ahora que hemos regresado, no hay mejor manera de ponernos al día que sacando a colación la reseña que (sin exagerar) más nos han pedido en el tiempo que llevamos abiertos, El otro (1972). Como en tantas otras ocasiones, he tardado demasiado tiempo en verla, y a pesar de que es considerada por muchos como una obra maestra y uno de los principales exponentes de ese nutrido subgénero dedicado a los niños malvados, tampoco es demasiado conocida por el público mayoritario. Esto se debe quizás al escaso interés que despertó en el momento de su estreno (el status de semi culto que ostenta actualmente se debe sobre todo a sus numerosas reposiciones televisivas) y al hecho de que su director, Robert Mulligan, tiene otras películas en su haber que eclipsan la fama de esta de la que hablamos hoy, como por ejemplo Matar a un ruiseñor (1962), por la que incluso ganó un Oscar y la cual tiene muchos puntos en común con la reseña de hoy, incluyendo su ambientación de pueblo de los años treinta y las diferentes capas de horror que se esconden detrás de una vida sencilla y en apariencia apacible.

El otro también toca una vertiente del miedo bastante conocida como es el arquetipo del "gemelo malvado" al narrar la historia desde la perspectiva del pequeño Niles y su hermano gemelo Holland (ambos niños interpretados por auténticos gemelos, cosa que en principio no parece así ya que Mulligan nunca muestra a ambos niños en el mismo encuadre), cuyas travesuras poco a poco van adquiriendo tintes cada vez más siniestros. El tono lúgubre de la trama contrasta con el luminoso y acalorado ambiente que Mulligan recrea en aquella apartada granja, así como con la alegre y festiva música de Jerry Goldsmith, quien deseaba retratar con ella la inocencia de un niño que esconde un terrible secreto referente a la muerte de su padre y el estado depresivo de su madre. El tono realista de la película es únicamente roto por un fenómeno que Holland y Niles llaman "El juego", que consiste en la habilidad (en parte real y en parte ficticia) de los gemelos en transplantar su conciencia a otros seres vivos, truco aprendido de su abuela rusa.

El marcado contraste que existe entre el tono de la película y la crueldad del argumento hace que El otro sea difícil de clasificar en un género específico, saltando de ese costumbrismo pastoril al thriller de un momento a otro, con algunas imágenes realmente impactantes como la del carnaval de fenómenos que en cierta forma anticipan algunos de los momentos más crudos de la cinta. Esta es, de hecho, una película que se apoya mucho en la anticipación de dichos momentos y en sorpresivos giros argumentales que por supuesto no pienso revelar aquí porque constituyen la principal fuerza de un relato cuyos elementos más perturbadores son sugeridos (incluso uno de los carteles ostentaba el tagline "No reveles el secreto de El Otro"). Esta dependencia de la sorpresa argumental quizás sea el único problema que la cinta podría tener con el público actual, ya que muchas de ellas, incluyendo el principal giro del argumento, pueden ser fácilmente anticipadas por un público en cierta forma ya acostumbrado a este tipo de trucos.

Quizás esto sea uno de los motivos por los cuales a pesar del culto que existe en cuanto a la película, El otro no tenga el mismo reconocimiento que otras piezas de terror de los setenta o incluso otras muestras de la filmografía de Robert Mulligan. En todo caso, no deja de ser una película muy recomendable cuya influencia se nota en otras cintas posteriores que han tocado el tema de los niños perversos, aunque pocas veces con tanta efectividad. En mi caso particular lamento no haberla visto mucho antes, ya que es toda una lección de cómo sacar una historia a partir de la ya conocida pero no siempre mencionada crueldad infantil, y una muestra de por qué las buenas historias de terror con niños son escasas.

sábado, octubre 09, 2010

En donde hemos estado

Después de esta prolongada espera (la más larga desde que empezamos en abril del 2005), hemos vuelto a hacer una breve actualización para dejar constancia de vida. Entre otras cosas hay que dejar claro lo conmovidos que estamos ante la gente que se ha dejado caer por aquí preguntándose si el que esto escribe había sido abducido por alienígenas o alguna otra forma menos noble de vida, pero no ha sido así. La verdad está más cercana a problemas de carácter logístico, entre los que se cuentan una nueva residencia que de momento carece de conexión a Internet, en un barrio berlinés que encima está alejado de cualquier vestigio de civilización.
Pero existen otras razones por las cuales el ritmo de actualización ha mermado considerablemente en los últimos meses. De todas ellas, quizás la más pertinente a esta página sea la publicación de nuestra primera novela, que verá la luz este mismo mes y de la cual ya hemos montado la correspondiente página de facebook dedicada al muy necesario autombombo. La publicación será primero en Venezuela, con posterior metástasis a Chile, México y España (¡y luego el mundo, muajajaja!). Ha sido esta una temporada bastante agotadora, así que ruego sabréis perdonarnos la indolencia mostrada ante tan agradables comentarios. Lo cierto es que si bien todavía no dispongo de la conexión a Internet debido a falta de tiempo para sortear el insondable papeleo de la burocracia alemana, me he propuesto volver a actualizar lo antes posible y continuar con lo que aquí tanto nos gusta. Mientras tanto, podéis tener una prueba de vida en el enlace arriba incluído, y la seguridad de que volveremos a estar al pie del cañón en cuestión de nada.
Gracias, una vez más.