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martes, enero 06, 2015

Reseña: It Follows (2014)

Destacada en nuestro brevísimo ránking como una de las piezas más memorables del año pasado, It Follows (2014) es una sorpresa por el escaso ruido con el que llegó y el nulo hype que tenía para el momento en que la vi. Confieso aquí mi debilidad particular en el sentido de que esta cinta de David Robert Mitchell toca muchos de los temas que me interesan y sobre todo porque consigue dar una vuelta al subgénero de terror sobrenatural, precisamente aquel que hoy en día sufre la mayor cantidad de entradas genéricas y prescindibles del ya de por sí complicado panorama del cine de horror. Pero también es una película que conoce muy bien su legado y lo muestra abiertamente, como se da a entender a través de muchas de sus peculiaridades técnicas que remiten a otros grandes directores del pasado, siendo quizás John Carpenter uno de los principales y más fácilmente reconocibles.

De Carpenter toma la inspiración para la banda sonora y su preferencia por esa estética abierta que muestra sin embargo el lado tenebroso de una ciudad en decadencia, en este caso la depauperada Detroit. Es allí donde comienza el argumento, cuando una jovencita recibe de su nuevo y misterioso novio una maldición viral de la que nunca llegamos a conocer los orígenes pero cuyo funcionamiento sí que nos queda claro: aquel que se vea afectado por dicha maldición sufrirá el acoso casi constante de un perseguidor, una misteriosa entidad a la que sólo esa persona puede ver y que puede tomar la forma de cualquiera, incluyendo un ser querido. Si ese perseguidor te alcanza, mueres, por lo que debes estar constantemente alerta y en movimiento hasta que tengas la oportunidad de pasar a otro la maldición y agregar así un nuevo eslabón a la cadena.

Puesta así, por escrito, la premisa de It Follows parece absurda, pero precisamente lo mejor que tiene es lo bien que sabe aprovecharla. Ya cuando hablamos de ella anteriormente mencionábamos que el estilo nos había recordado al Shyamalan de antaño, pero no por los finales sorpresas (cosa ausente del todo en esta película ya que, repetimos, el misterio de la maldición nunca es explicado en realidad) sino por la atmósfera de miedo que consigue con elementos muy cotidianos y lo malsano de su ambiente ya desde el principio. No exagero si digo que es, efectivamente, la única película de todo el 2014 que me metió miedo de verdad, y el que lo hiciera con una premisa tan sencilla es para mí el mayor de sus aciertos.

La mayoría de las opiniones que encuentro de esta cinta hacen un paralelismo muy curioso entre la forma como se propaga la maldición y los peligros y consecuencias de la promiscuidad juvenil, y es cierto que gran parte de la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas tiene un componente de sexualidad siniestra que en ocasiones resulta muy evidente. Pero esta lectura es simplemente un elemento más a destacar de la que para mí ha sido una de las mayores sorpresas de los últimos tiempos. Excelente y muy recomendable sin lugar a dudas.

3 comentarios:

  1. La tomare en cuenta, me llama la atención la imagen que subiste!

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  2. Salí satisfecho de la sala de cine, tiene la misma atmósfera de terror urbano que impregnaba Carpenter en Halloween. Y la música es una pasada de vueltas, no puedo dejar de escucharla.

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  3. Anónimo2:34 a. m.

    No sé, hay algo que no me termina de convencer. Claro, la idea es original, pero falta algo que no engancha. Quizás sean las flojas actuaciones (salvo la de la protagonista), quizás algunos vacíos en el guión, quizás la atemporalidad de la trama. No exagero si te digo que si la peli hubiera sido como ese prometedor comienzo, sí suscribiría tu entusiasmo. Pero no, le falta algo, ese algo que tenía la superlativa e injustamente criticada The Babadook. Saludos

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